Es evidente que la tecnología ha impregnado nuestra vida cotidiana de forma irreversible, pero la tecnología no es el punto de partida de nuestra labor como docentes, ni tampoco el fin, sino un medio para lograr los objetivos educativos.
Educar en la diversidad supone tener en cuenta las dificultades que algunos estudiantes encuentran para acceder a las nuevas tecnologías en virtud de sus propias circunstancias: barreras económicas, sociales, geográficas, discapacidad, etc. y hacer todo lo posible para eliminarlas. Con el fin de comprobar si estamos en el camino adecuado, conviene repasar periódicamente nuestra intervención educativa tomando como referencia algunos principios:
- Igualdad de oportunidades
- No discriminación e integración social
- Cooperación
- Compromiso con las necesides y problemas
- Adaptabilidad
- Accesibilidad
- Autonomía
El aprendizaje de los niños debe realizarse teniendo en cuenta el desarrollo de sus capacidades físicas y psíquicas que no se rigen por las nuevas tecnologías sino por la genética humana. Tenemos numerosas ocasiones en las que esta innovación ha supuesto el fracaso de la educación. Es el caso de los videojuegos, incluso a mi parecer los de carácter didáctico. El uso del ordenador por parte de los niños como un medio de entretenimiento ha dejado de lado juegos manuales de gran utilidad para su desarrollo. Las consecuencias de este fenómeno sólo podrán constatarse con el paso de las generaciones.
ResponderEliminarAprovecho para dar la enhorabuena por el blog. Mucho ánimo a la autora en su devenir.